La meditación ha empezado a hacerse un importante hueco en nuestra sociedad en los últimos años y eso ¡nos hace muy feliz!

En la actualidad, ya la vemos presente en los gimnasios, en centros culturales y en lugares en los que solamente se practican este tipo de técnicas consideradas contemplativas. Hoy día, la meditación cuenta con muchos adeptos y no es para menos. Sus beneficios nos permiten no solo mejorar nuestro bienestar, sino lidiar con problemas tan graves como la ansiedad.

Las ventajas y beneficios de practicar meditación

La manera de practicar meditación que solemos conocer es estando sentados, podemos también meditar acostados o con la espalda apoyada sobre una pared, sobre una colchoneta o esterilla y con un par de velas aromáticas sería lo ideal. Incluso, podemos meditar en una pausa del trabajo sentándonos correctamente en la silla. Sea de una manera u otra, el proceso de practicar meditación es muy especial, tanto por su aprendizaje, por el conocimiento sobre nosotros mismos y  por sus grandes beneficios sobre nuestro cuerpo y mente.

Si es tu primera vez o tienes dificultades de concentración, puede que incluso nos aburramos. No te preocupes, es importante empezar meditando pocos minutos. A medida que avanzamos en esta práctica, nuestra capacidad para sumergirnos en ella es cada vez más fácil. Los pensamientos dejarán de caminar tan rápido,volando más despacio por nuestra mente y permitiéndonos así poder observarlos mejor.

La meditación relaja nuestra mente

Este es uno de los primeros beneficios de la meditación y es que no solo nos ayuda a liberarnos de la tensión física, sino también de la mental. Algunas personas sufren ansiedad, lo que se traduce en pensamientos obsesivos y sensaciones muy desagradables que hacen que se sientan agotadas y faltas de energía.

Meditar permite liberar la mente de todos los pensamientos que retenemos e impedimos que fluyan. Asimismo, aprendemos a observarlos sin juzgarlos, algo muy positivo y que beneficia a nuestro crecimiento personal. Sin duda, meditar cada día puede ser una cura tanto para la ansiedad como para el estrés, además de ayudarnos a drenar los pensamientos “negativos” que podamos albergar en nuestra mente.

Mejora nuestra estabilidad emocional

Cuando meditamos y dejamos que los pensamientos fluyan, algo ocurre en nuestras emociones y en nuestros chakras: se equilibran. Todo pensamiento se manifiesta en una emoción. Por ello, si dejamos de juzgarlos, aprendemos a observarlos y permitimos que sigan su curso en lugar de retenerlos, sanaremos nuestras emociones.

Cuando sentimos ira, rencor o estallamos en determinados momentos, es porque no tenemos equilibrio emocional. Meditar varias veces al día nos ayudará a sentirnos bien, tranquilos y a no reaccionar de manera inconsciente e impulsiva ante alguien que grita o que nos critica. No sentiremos en calma, observaremos y sabremos responder de una manera tranquila. La estabilidad emocional y el equilibrio que genera, para muchas personas, produce una sensación que suele acercarse bastante a lo que conocemos como felicidad.

Evita la somatización de emociones

Algunas personas sufren dolores de barriga sin motivo aparente o de dolores de cabeza sin que exista una causa que los médicos puedan explicar. En ocasiones, esto puede deberse a una acumulación de estrés o a una situación que no logramos superar.

Para todo esto, la meditación nos va a ayudar. Gracias a esta práctica profundizaremos en nuestras emociones, observaremos nuestros pensamientos y lograremos dar respuesta a lo que tantas veces nos hemos repetido “no sé lo que me pasa”. La somatización de emociones no es más que un aviso para cambiar algo en nuestra vida que no nos está haciendo bien.

Nos permite ser más conscientes

Uno de los aspectos más positivos de la meditación es que nos permite ser más conscientes de nuestro entorno. En numerosas ocasiones pasamos por alto pequeños placeres que nos harían sentirnos mucho mejor y que nos permitirían disfrutar de lo que nos rodea. La meditación nos permite adquirir consciencia sobre el agua que roza nuestras manos al lavar los platos o que refresca nuestro rostro por las mañanas.

Cuando llevamos un tiempo meditando, empezamos a ser conscientes, a veces, de cómo caminamos si estamos dando un paseo solos. Cómo nuestros pies se apoyan en el suelo, cómo levantamos cada pierna, cómo el viento roza nuestra piel. Ser más conscientes, nos permite disfrutar, percibir y absorber lo que está a nuestro alcance e ignoramos. Nos permite sentirnos agradecidos por lo que tenemos y fijarnos en toda la belleza que tiene la vida.

Estos son algunos de los beneficios de la meditación que podemos obtener cuando esta práctica la convertimos en un hábito. Lo ideal es empezar poco a poco. Con cinco minutos al día es más que suficiente, incluso con menos. Lo importante es que lo hagamos cada día en el momento que más nos apetezca. Puede ser antes de irnos al dormir, tras despertarnos o después de comer.

Aquí te dejamos una de nuestras meditaciones guiadas favoritas. Una clase completa, corta y concisa, perfecta para tus primeras clases. Convierte la meditación en un hábito. Te sentirás mucho mejor y notarás cómo el equilibrio se instala en tu vida.