Hoy en día son muchas las personas que recurren a la meditación. Una técnica que ayuda a despejar la mente, a liberarse del estrés y que permite que cada persona se conozca mucho mejor. No obstante, hay muchas creencias y mitos nada certeros sobre esta práctica.

Por ejemplo, existe el mito de que la meditación consiste en dejar la mente en blanco, algo que por mucho que nos empecinemos nunca vamos a poder conseguir. Es más, cuanto más nos esforcemos por lograr esto, más pensamientos vendrán a nuestra mente.

Hoy vamos a ver cómo podemos sentirnos mejor con la meditación y cómo llevarla a cabo. Descubriremos que introducirla como un hábito puede cambiarnos, literalmente, la vida. ¡Vamos allá!

La práctica de la meditación

Muchas personas creen que aumentar los tiempos de meditación es siempre positivo. Sin embargo, es más positivo meditar un poco cada día (5 minutos) pero ser constante. Es decir, no saltarse ningún día de meditación.

¿Cómo podemos practicarla de la mejor manera? Pues bien, estamos acostumbrados a adoptar la postura de la flor de loto, esto es, sentados con las piernas cruzadas. No obstante, también podemos meditar tumbados o sentados con la espalda recta en una silla.

mujer meditando

Durante 5 minutos, al menos, vamos a cerrar los ojos y nos vamos a concentrar en nuestra respiración. Asimismo, vamos a abrir todos nuestros sentidos. Esto es, sentir el aire rozando nuestra piel, notando cómo este sale y entra por nuestra nariz, percibiendo nuestra temperatura corporal, escuchando el sonido de los pájaros…

 

Es recomendable meditar a veces con música y otras sin ella. Así no nos condicionaremos a meditar, solamente, en unas circunstancias determinadas. También, es importante que pongamos un cronómetro o una alarma para no estar pendientes de cuánto tiempo hemos estado meditando.

¿Qué ocurre si empiezan a parecer pensamientos por mi mente como “la lista de la compra” o “lo que tengo que hacer luego”? En estos casos, no debemos asustarnos ni ponernos nerviosos. No lo estamos haciendo mal. Sencillamente, somos conscientes de lo que ha ocurrido y tranquilamente volvemos a llevar la atención a nuestra respiración.

Si nunca hemos meditado, al principio esta situación nos ocurrirá muchas veces. Pero, con la práctica, irá yendo a menos. Cuando el tiempo de meditación termine nos encontraremos más tranquilos y más centrados.

La meditación como hábito

Como bien hemos mencionado, la meditación debería convertirse en un hábito. Pues, entrenar la mente es como ir al gimnasio. No obtendremos resultados en dos días, sino que esto requiere una práctica de varias semanas, incluso meses.

Al principio, solo sabremos meditar en casa o en una clase de meditación. Pero, con la práctica, nos daremos cuenta de que podemos meditar en el metro, cuando caminemos e, incluso, en una pausa en el trabajo.

La meditación incluida como hábito, se convertirá en una parte más de nuestra vida, tal y como ya lo es comer, ir al trabajo, asearnos, etc. Hasta tal punto la tendremos integrada que llegará el día en que ni siquiera tengamos que pensar en meditar o encontrar un hueco para hacerlo. Meditaremos en cualquier lugar durante el tiempo que necesitemos.

Dicen que para que incluyamos un nuevo hábito en nuestra vida tenemos que practicarlo durante al menos 21 días. ¿Te animas a hacer la prueba? La meditación te hará sentir mejor, más feliz y conectado contigo y con el mundo que te rodea. No te pierdas lo que esta práctica puede que descubras.