El yoga (la unión) esta milenaria práctica para la búsqueda de tu paz espiritual y el buen funcionamiento de tu organismo se basa en tres elementos fundamentales: 

  •  Las múltiples y diferentes posturas, posiciones o Asanas
  •  Los ejercicios de respiración profunda (Pranayama) 
  •  La secuencia coordinada de asanas (Vinyasa-krama)

Debe mantenerse siempre un propósito de unidad y continuidad entre estos tres pilares del yoga porque en esa unidad está la clave del bienestar psicofísico que los ejercicios bien practicados te van a generar. En estos ejercicios, la respiración profunda será el canal que te conducirá a un elevado nivel de concentración que a su vez, hará posible el paso de una asana a la otra de un modo expedito, fluido y consecuente.

Las Asanas del Yoga

Llevar a cabo las posiciones del yoga no es el objetivo de esta disciplina. Los asanas no son otra cosa que una vía que te permitirá construir tu bienestar tanto físico como mental (psíquico).

Mediante las posturas del yoga adecuadas se desarrolla una suerte de conversación contigo mismo así como con tu cuerpo. Su práctica te lleva a conocerte y entenderte profundamente en estos dos ámbitos y a saber manejarte perfectamente en ellos. 

La práctica de las asanas hará que comprendas con claridad el funcionamiento de tu organismo y te enseñará a reconocer todos aquellos elementos que lo mantendrán estimulado, funcionando equilibradamente y en la más perfecta armonía con el universo que te rodea. La práctica de las asanas te ayudará a encontrar ese imprescindible equilibrio entre tu mente y tu cuerpo que te permitirá vivir tu vida con la menor cantidad de estrés.

Asanas

Todas y cada una de las diferentes posiciones del yoga tienen un campo particular de acción en nuestro cuerpo y asimismo, unos propósitos específicos. Sin embargo existe una relación de complementariedad en todas ellas. Esto quiere decir que todas actúan sobre segmentos precisos del cuerpo pero que vistas en conjunto, generan una sensación de bienestar creada a partir del funcionamiento equilibrado armónico de tu cuerpo y tu mente.

Con las asanas del yoga lo que se quiere es que a la par de tonificar y flexibilizar tu cuerpo, se abran los cauces de circulación de la energía (nadis) y los chakras o ejes neurálgicos de tu organismo. Su acción conjunta ayuda a calmar tu espíritu y a concentrar tu mente y a sanar la totalidad de tu cuerpo a través del buen funcionamiento de cada uno de sus órganos. Es necesario tener siempre presente que la respiración profunda juega un papel fundamental.

Tadasana o postura de la montaña

Esta es tal vez, la segunda posición más sencilla del yoga. La consigues simplemente en una posición de pie, con tu columna recta y estirada, Debes mantener los pies juntos con ambos pulgares en contacto. La barbilla está en paralelo con el suelo y la mirada fija en el frente. Es sumamente importante que mantengas la columna vertebral en posición recta mientras hace tus ejercicios de respiración profunda.

Se trata de que percibas claramente tus pies firmemente posados sobre el suelo. Tus piernas debes hacer una leve giro hacia adentro así tus dedos pulgares entrarán en contacto pleno. Empuja tu coxis hacia atrás, trata de alzar tu ombligo y llévalo hacia dentro presionando los músculos de tu abdomen. Debes relajar tus hombros y mantener las palmas de tus manos volteadas en dirección frontal.

Sukhasana

Para practicar esta asana debes estar sentado con las piernas cruzadas. Tu columna debe estar en posición recta y tus hombros relajados, En esta posición lo más importante es la respiración y la relajación de todo tu cuerpo. Es la postura clásica para la meditación yoga.

Balasana (postura del niño)

Es una asana complementaria a la Sukhasana. Para ejercitarla será necesario que estés sentado sobre tus talones tratando de que tu torso y tus costillas estén situados sobre tus muslos. Tus brazos deben quedar al lado de tu cuerpo lo más relajados posibles. Inclina tu cabeza hasta que la frente entre en contacto con el suelo o bien sobre tus manos. Para esta asana, la respiración profunda (abdominal) es un elemento clave para alcanzar todos sus beneficios.

Utkatasana (postura de la silla)

Asanas

En esta posición, debes levantar tus brazos y manos hacia el frente y al mismo tiempo ir flexionando las rodillas mientras tratas de que tus muslos queden paralelos al suelo, esta asana es similar al ejercicio de las sentadillas. Asimismo debes tratar de que tu torso se encuentre lo más cerca de los 90° respecto de los muslos. Es necesario que trates de poner la mayor parte de tu peso sobre los talones.

Uttanasana (pinza de pie)

La dinámica de este ejercicio consiste en llevar tu pecho hacia los muslos. Se inicia con la Tadasana o posición de la montaña y se desarrolla doblando tu cuerpo en dirección a tus piernas manteniendo la espalda (y esto es muy importante) lo más recta posible. A medida que te desplazas hacia delante trata de relajar los músculos de tu cuello para que tu cabeza penda sin tensiones. Llevas tu torso hasta contactar con los muslos, luego regresas lentamente.

Adho Mukha Svanasana (posición del perro boca abajo)

Esta asana parte de estar echado en el suelo como si fueses a gatear. Comienzas a levantar la cadera y tratas de llevarla hacia atrás lo máximo que te sea posible. El objetivo es alcanzar la figura de una letra V vuelta del revés. Durante este ejercicio, las palmas de las manos están firmemente puestas en el suelo mientras procuras que tus pies (incluyendo los talones) toquen igual y completamente el piso. Es útil que relajes el cuello y hagas una respiración calmada.

Bhujangasana (posición de la Cobra)

Es la asana complementaria a la posición del perro. Se inicia en posición acostada sobre el abdomen, el área púbica así como el empeine de ambos pies deben estar firmemente presionados al suelo. Ponemos las palmas de las manos a cada lado del pecho, los codos junto a la cintura y procedemos a elevar la cabeza y el torso mientras inhalamos. Echamos los hombros hacia atrás y presionamos el duelo con la pelvis.

Uno de los detalles difíciles de esta asana es que sería lo mejor que sacases el impulso de la cintura y que las manos hicieran el menor trabajo de fuerza que te fuese posible.

Vrikshasana (posición del árbol)

Asanas

Esta es una asana cuyo objetivo en fortalecer la consciencia del equilibrio del cuerpo, requiere de una acentuada concentración de tu parte. Esta posición del árbol se inicia desde la asana Tadasana (posición de la montaña). Se realiza asentando todo tu peso en solo uno de tus pies, simultáneamente desplazas la planta de tu otro pie flexionando la pierna, hasta la altura del lado interior del muslo.

Cuando ya has alcanzado esta figura, debes levantar tus brazos hasta juntar las palmas de tus manos sobre tu cabeza. Trata de mantener tus hombros relajados. Para devolverte a la posición inicial debes hacer el proceso inverso lentamente manteniendo el equilibrio.

Trikonasana (posición del triángulo)

Esta asana se inicia igualmente desde la posición Tadasana, se lleva a cabo con las piernas separadas formando un triángulo con relación a la pelvis. Acto seguido con el talón del pie izquierdo apoyado en el suelo, giras la punta de tu pie hacia atrás (o hacia afuera) unos 90°. El pie derecho se gira tan solo unos 15° hacia adentro. Luego debes estirar los brazos alineados con los hombros hasta hacer una cruz.

Mientras exhalas el aire, desplazas tu cuerpo hacia tu lado derecho hasta tocar el suelo tratando de mantener la espalda recta y firme. El brazo que queda elevado te servirá para mantener el equilibrio del cuerpo. Deshaz el movimiento hasta llegar a la posición inicial y repítelo hacia el lado opuesto adoptando la misma posición del principio.

Bidalasana (posición del gato)

Asanas

Esta asana se inicia desde la posición a gatas con las piernas alineadas al ancho de la cadera y poniendo los hombros, los codos y las muñecas en una posición perpendicular al suelo. El ejercicio consiste en exhalar mientras vas curvando tu espalda hacia el cielo hasta adoptar la forma de un arco.

Marjaryasana (posición de la vaca)

Esta asana es exactamente la contraria o complementaria a la anterior. Se inicia exactamente igual con sus mismas características iniciales pero con la diferencia de que al inhalar el aire tu cuerpo se arquea hacia el suelo. Ambas asanas pueden hacerse en una relación de continuidad, al terminar una, sigues inmediatamente con la otra.